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jueves, diciembre 06, 2007

Un pequeño cuento de toda la vida

Al igual que un nacimiento abrí los ojos y me encontraba contigo, ya la mañana no era parte del invierno como ayer y te diste cuenta al momento de apretar mi brazo que yo era suficiente abrigo, Sin importar el tamaño del lugar podríamos estar en una caja sintiendo que el espacio nos sobra, total seguimos juntos el uno al otro otorgando abrigo y el cariño suficiente para seguir durmiendo. El tiempo no es de importancia cuando se que estas estirada frente a mi, solo el ver como respiras con esa tranquilidad me hace olvidar tu problema de sueño y ayuda a darme cuenta que puedo seguir durmiendo, difícil tarea si quiero seguir mirándote. ¿Todo es será así? El sentir al despertar y mirar que ya todo lo tengo, que nada hace falta y lo difícil que es arruinar el momento. Nuevamente abrí los ojos y todo era distinto, ahora eres tu la que se encuentra observando y riendo, no siempre quiero preguntar el porque, pero siento que lo debo escuchar y saber si lo que yo quiero es la respuesta que tu me das.
Me costo entender que ya es la tarde y espero tu almuerzo, tomaticán, no se si las comidas son siempre así, pero el gusto de un almuerzo junto a ti es una nueva sensación tanto de sabor como de bienestar. Pochito un nuevo termino al finalizar la comida y la sensación de falta de movimiento vuelve a nosotros y se mantiene durante el tiempo que salimos a caminar, sobran las excusas y las palabras para ir a un nuevo lugar, total somos dos y tenemos ganas de pasear, mirar y reír.
Por ahora no voy a seguir, otro día para seguir escribiendo un poco más.
Te amo mi carlica linda… nos vemos pronto